Es lamentable comprobar cómo hemos perdido como sociedad la
capacidad de debatir, de cambiar opiniones, de discutir si fuere necesario,
pero en el marco de un respeto por la opinión del otro. Hemos perdido,
precisamente, la alteridad. El otro ya no es “otro yo”, sino simplemente, un
enemigo.
Hemos cambiado las tribunas por trincheras, no se dialoga
sobre los temas que nos son comunes, sino que se dispara violencia, y en la
adjetivación se esconde la furia, el resentimiento, cuando no el odio. Flota en
el aire un sabor a revancha, a deseo de exterminio del otro.
Han logrado polarizar a la sociedad; somos tan “buenos” o
tan “malos” según la camiseta política que tengamos. Hemos perdido la capacidad
de ver que debajo de esos colores políticos que son ocasionales, somos todos
ARGENTINOS.
Nos han dividido en grupos irreconciliables. Han destruido
ruedas de amigos de años, reuniones de familia, “porque con aquél no se puede
hablar”. Nos han despojado de la capacidad natural de opinar, de poder ver las
cosas de otro color.
La democracia es eso, multiplicidad de opiniones, diversidad
de miradas, opciones de referencia, pero sobre todo y ante todo, TOLERANCIA.
Los que no aceptan que se opine diferente, los que tachan
con rótulos de “fachos” o “zurdos” a unos y otros, no son democráticos, son
autoritarios. Los regímenes fascistas imponen el pensamiento único. Los autócratas
son los que se quieren quedar en el poder para siempre. Porque son mesiánicos,
se creen iluminados cuando en realidad son soberbios y pequeños.
Este magnífico pizarrón que es Facebook, entre otras cosas,
debe servir para eso, para ejercitarnos en opinar distinto, en disentir con el
que escribe respetando lo que dice, entre los comentaristas debe haber respeto.
Lograr eso sería un magnífico ejercicio democrático que iría
apartando a los autoritarios y a los obnubilados. Mil veces mejor el error al
decir que callar o imponer por la fuerza su parecer.
Alguien dijo aquello de que “Yo disiento con Usted, pero
daría la vida porque siguiera hablando”.
Sería muy bueno conseguir eso.-
Ernesto Bisceglia